Mujeres y mitos viejos
Los espejos perfectamente limpios, cuando las mujeres les dirigen su mirada durante la menstruación, la superficie del espejo se torna cual nube sangrienta.
Plinio vuelve sobre la cuestión en su Historia Natural con las siguientes palabras:
Pero no se hallará con facilidad nada más prodigioso que el flujo menstrual de las mujeres. El mosto se agria cuando aparece, las mieses que toca se vuelven estériles, los brotes de los huertos se consumen, caen los frutos de los árboles en los que moran, el fulgor de los espejos se empaña con la mera mirada, el filo del hierro y el brillo del marfil se embotan, las colmenas de abejas se mueren, incluso el bronce y el hierro se oxidan continuamente y un olor funesto corrompe los objetos de bronce, y los perros que lo prueban se vuelven rabiosos y su mordedura infecta con un veneno incurable.
En nuestro país aún se cree popularmente que la mahonesa o el ali-oli corre el riesgo de cortarse si la mira una mujer con el período, según Kuryluk (1991:162) aún hoy hay tribus nómadas turcas que aíslan a las mujeres durante la menstruación en tiendas especiales en las que está prohibida cualquier superficie reflectante
La extendida costumbre de cubrir espejos o ponerlos vueltos contra la pared, después de morir alguno en la casa. Se teme que las almas de los vivos, proyectadas fuera de las personas en forma de reflejos, en el espejo, puedan ser llevadas por el espíritu del fallecido, que comúnmente se supone ronda por la casa hasta el entierro.
por: Marisol Roldán
Plinio vuelve sobre la cuestión en su Historia Natural con las siguientes palabras:
Pero no se hallará con facilidad nada más prodigioso que el flujo menstrual de las mujeres. El mosto se agria cuando aparece, las mieses que toca se vuelven estériles, los brotes de los huertos se consumen, caen los frutos de los árboles en los que moran, el fulgor de los espejos se empaña con la mera mirada, el filo del hierro y el brillo del marfil se embotan, las colmenas de abejas se mueren, incluso el bronce y el hierro se oxidan continuamente y un olor funesto corrompe los objetos de bronce, y los perros que lo prueban se vuelven rabiosos y su mordedura infecta con un veneno incurable.
En nuestro país aún se cree popularmente que la mahonesa o el ali-oli corre el riesgo de cortarse si la mira una mujer con el período, según Kuryluk (1991:162) aún hoy hay tribus nómadas turcas que aíslan a las mujeres durante la menstruación en tiendas especiales en las que está prohibida cualquier superficie reflectante
La extendida costumbre de cubrir espejos o ponerlos vueltos contra la pared, después de morir alguno en la casa. Se teme que las almas de los vivos, proyectadas fuera de las personas en forma de reflejos, en el espejo, puedan ser llevadas por el espíritu del fallecido, que comúnmente se supone ronda por la casa hasta el entierro.
por: Marisol Roldán
4 comentarios
evelin -
FantoMex40 -
suhei -
jala -
seguro q todo es un imveto de los hombres