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AÑOS LUZ

Quema de brujas, ¡hoy y ahora!

Quema de brujas, ¡hoy y ahora! Estaba yo pensando en voz alta como suele ser mi costumbre, que aunque no queramos aceptarlo, porque nos creemos más evolucionados que hace 300 años, estamos viviendo de pleno una época de quema de brujas.
Nos han llenado las pantallas de tantos freakies que ya no distinguimos los higos de los higos chumbos. Y como siempre hay otras actualidades más impactantes, tipo guerras o cataclismos que atender vamos viviendo al día sin prestarle atención a una sombra oculta que se mueve entre el dinero, la ambición, la fama y alguna ideología desconocida que se divierte a expensas de mostrar el lado circense de las paraciencias.
Desgraciadamente este lado del esoterismo de carpe diem existe, pero no es el único y durante décadas muchos han luchado para que se dignifique la ciencia de las paraciencias, sobre todo quienes por azar (o por plan) han vivido experiencias extraordinarias y se han tenido que guardar sus historias en sus bolsillos para que no les tildaran de locos, precisamente los verdaderos locos que manejan con narcisismo el mundo. Sin embargo en esta quema de brujas no hay objetivos claros, algún francotirador oculto detona su arma a diestro y siniestro, depende del día y de la hora...una vez en un programa de radio, otro en un eventual periódico, el próximo mes en un programa de televisión y cuando puede en alguna bien pensada película de éxito.
Un día el herido será el esoterismo, otro día la magia, al siguiente la ufología, así los hospitales están llenos de fraudes y de marionetas pintorescas que tiran cartas sin saber lo que es un arcano y con ellas arrastran a los verdaderos fenómenos inexplicables, que hoy más que nunca están en juicio y en prejuicio, sin tiritas que les cure las heridas.
Y sigo pensando en voz alta, deberíamos poner un poco de atención al respecto de esa persecución a lo desconocido que sufre la contienda desde muchos flancos de batalla: Los freakies por sus fraudes, los “racionales” por su escepticismo radical, los investigadores porque añaden datos para engrosar el interés de los casos, los testigos porque callan por miedos sociales. Parece como si hubiese alguien acechando en la sombra de nuestras inquietudes, de nuestras dudas, tirándonos por el suelo una a una todas nuestras energías para esa búsqueda de respuestas que muchos hemos iniciado.
No, no se trata de los negadores obstinados o de los creyentes sectarios, sino de una entidad más poderosa e invisible que se ha ido creando durante décadas mientras se nutria de todo lo malo que se ha hecho a costa de la paraciencia. Está ahí fuera, se la puede intuir, se la nota arrastrarse entre el dinero, la fama, la búsqueda de reconocimiento, etc. Es demasiado escurridiza para ser detenida por una sola persona, porque es una creación de muchas y debe ser vencida en una contienda en igualdad de condiciones y para eso se necesita también de muchas personas: de ti, de mi, de todos
aquellos que quieren saber y conocer sin engañarse, ni engañar y sabiendo que el único pago que recibiremos será el de calmar esa curiosidad con la que nacimos.
He llegado a sospechar que "ese algo negro" está planeando algo grande, algo que nos afecte a casi todos los aficionados a los misterios, pero a la vez es listo y nos afecta de forma individual, uno a uno, desilusionándonos. Incluso los más obstinados sucumbirán al desencanto si esa sombra gris sigue creciendo. Pero, ¿qué es?, ¿cómo encontrarnos con ella?, ¿cómo saber si estamos afectados a su hechizo desencantador?. En principio no hay respuestas, pero si es cierto una cosa: cuando estamos afectados por su virus nos llenamos de confusión. Empezamos a olvidarnos de las cosas primeras que desde jóvenes nos hacían sentir atraídos a lo oculto o sin respuesta. Hablamos de personas y con ellas valoramos y enjuiciamos generalizando. Por ejemplo si descubrimos un fraude ovni, de inmediato determinamos que todos los casos son mentira. Nos convertimos en vagos y pensamos, ¿para qué gastar el tiempo en buscar respuestas si en este caso he
encontrado que todo era falso?.
Si un médico dice que oír voces es esquizofrenia y un poltergeist producto de una histeria, ¿quién soy yo para seguir investigando, si por esa ecuación todos los que digan oírlas están para que los encierren, incluido el día que sea yo quien las oiga?. Hemos pasado de ser creyentes absolutos a ser negadores acérrimos, como si de una moda se tratara y donde nuestro propio juicio de valores no tuviera importancia o nuestra personalidad peso. Hace unos quince años éramos esponjas. Cosa que leíamos creíamos a pies juntillas, hoy cosa que leemos negamos con el mismo ímpetu. Tal vez la sombra vive ahí en la falta de equilibrio de cada uno de nosotros. Un punto medio que deberíamos haber tenido desde siempre. Pero la sombra una vez nos infecta no sólo invade nuestros valores y juicios, también nos acobarda y adormece.
Cada día escucho miles de quejas, golpes de pecho de algunos prepotentes que se
terminaran haciendo hoyos en el tórax, pero lo que no veo es esa sangre caliente que quiere realmente cambiar el mundo. Y sigo pensando en voz alta, sé que existen muchos idealistas ahí fuera. Seguramente cada día me cruzo con ellos cientos de veces por todos los sitios donde ando, pero les da tanto reparo alzar la voz que no puedo distinguirlos de entre la multitud. Ojalá un día empiece a oír sus murmullos quejándose de la quema de brujas. O todos terminaremos abrasados por las llamas.
Siempre habrán hongos y parásitos viviendo a expensas de las verdades, siempre habrán malas brujas y brujas buenas. Ovnis terrestres y ovnis desconocidos, siempre
habrán caras de una misma moneda: la blanca y la negra. Pero nuestra labor tal vez sólo sea aportar argumentos para que efectivamente la cara blanca haga saber que existe, que las posibilidades de otras realidades están ahí y que no hay sombra que nos pueda hacer cerrar un debate que como hombres tenemos derecho a defender y argumentar a lo largo de nuestra vida...y esta vida no es otra cosa que una hilera de preguntas existenciales que muchos necesitamos orientar a la búsqueda de respuestas.
Que llenen las televisiones de freakies, que inventen casos y lean números de lotería con trucos de ilusionismo, pero que nos dejen esquinas en el mundo para que muchos nos preguntemos en voz alta. También tenemos derecho los que con la lógica de la razón busquemos posibilidades en lo increíble.

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